
Mamás activas, Bebés sanos
Y ese es el lema, dando ejemplo desde que se encuentran en el interior de nuestras tripitas ó triponas.
Enormes son los beneficios a nivel físico, los que supone compartir una rutina de ejercicio físico posparto con nuestro hijo, pero ¿os habéis parado a pensar en los beneficios psicológicos que conlleva?.
Puede que en tu entorno no encuentres un lugar donde profesionales realicen entrenamientos posparto con bebés pero seguro que para empezar puedes convencer a alguna amiga o conocida que, cochecito en mano, se anima a acompañarte por un parque, o zona verde donde puedas aplicar algunos de los ejercicios básicos en el entrenamiento después del parto.
Por otro lado, si tienes opción de asistir a grupos específicos de mamás con bebés donde el entrenamiento vaya enfocado a tu recuperación, ¡estupendo! Podrás relacionarte en un grupo de iguales, compartir experiencias en tiempo presente, conocer otras vivencias, crear incluso amistades a largo plazo, salir de casa y dedicar ese tiempo del día EXCLUSIVAMENTE a ti (que en ocasiones lo necesitamos).
Para iniciar una rutina de entrenamiento posparto, todo depende de la situación de cada una, el tipo de parto y el ritmo del bebé (en cuanto a horas de sueño y lactancia).
Si has tenido un parto natural, sin episiotomía seguramente en 1 mes podrías iniciar un programa de ejercicio específico, llevado a cabo por un profesional especialista en el tema.
Si el parto ha sido por cesárea, deberíamos esperar entre unos 4-6 meses (valorándolo un ginecólogo/a). ¡Mucha paciencia para las más nerviosas por favor! La cicatriz interna necesita estar bien cerrada para poder iniciar el ejercicio bajo un margen de seguridad.
Si ha habido episiotomía o ha sido instrumental, ginecólogo o fisioterapeuta especializado en obstetricia debería valorarlo y desde ahí tomar los tiempos necesarios para iniciar el ejercicio.
¡A moverse Mamis!